Colores de Sicilia: un viaje entre volcanes, templos y sabores que no se olvidan

Sicilia no se explica, se vive. Es una isla donde cada ciudad parece un escenario distinto: Palermo vibra con palacios normandos, Ragusa late entre iglesias barrocas, y Taormina te recibe con un teatro griego que todavía mira de frente al volcán Etna. Este viaje de 8 días y 7 noches está pensado para recorrerla sin apuro, con guías en español, hoteles seleccionados y experiencias que mezclan cultura, naturaleza y gastronomía.
Palermo: el punto de partida
Llegás a Palermo, capital siciliana, y lo primero que entendés es que acá todo convive: mercados callejeros, palacios normandos, plazas renacentistas y bares modernos. La visita arranca fuerte con la


Capilla Palatina y la Catedral, mosaicos dorados que parecen encenderse con la luz. El almuerzo es en un restaurante típico, con vino local incluido, porque en Sicilia la mesa es tan importante como el arte. Por la tarde, la Catedral de Monreale te muestra uno de los conjuntos bizantinos más bellos de Europa.
Camino al este: Cefalù, Messina y Taormina
La costa te lleva a Cefalù, un pueblo pesquero con casas colgando sobre el mar Tirreno. Su Catedral Normanda y el Lavatoio Medieval parecen congelados en el tiempo. Desde ahí, el camino sigue hacia Messina, puerta de entrada a la Italia continental, y la jornada cierra en la zona de Taormina, uno de los lugares más cautivadores de la isla.



Al día siguiente, subís hacia el Etna (si el clima lo permite), el volcán activo más alto de Europa. El almuerzo es en una casa rural con vino de la zona, y después llega la tarde libre en Taormina: sus callejuelas medievales, balcones llenos de flores y el Teatro Griego con vistas que combinan mar y montaña.
Hacia el sur: Siracusa y Ragusa

La ruta baja a Siracusa, antigua joya griega. Caminás por el Parque Arqueológico con el Teatro Griego, el Anfiteatro Romano y el Oreja de Dionisio. En Ortigia, el centro histórico, el ritmo baja: cafés, plazas y el Mediterráneo rodeándote por todos lados. Después, la carretera lleva hasta Ragusa Ibla, ciudad barroca que parece sacada de una postal, con callejones de piedra y palacios que cuentan siglos de historia.


Templos y mosaicos: Piazza Armerina y Agrigento
El viaje sigue hacia la Villa Romana del Casale, famosa por sus mosaicos que sobreviven intactos al paso de los siglos. De ahí, directo al Valle de los Templos en Agrigento, donde columnas dóricas se elevan frente al atardecer, como si la Antigua Grecia todavía estuviera ahí. Pocas experiencias en Sicilia son tan impactantes como caminar entre esos templos.
La noche se pasa en Selinunte, rodeada de ruinas y mar.

Trapani, Erice, Segesta y regreso a Palermo

El último día de circuito es una síntesis de todo lo vivido: las salinas de Trapani con sus molinos de viento, el pueblo medieval de Erice encaramado en la montaña, y el Templo Dórico de Segesta, donde la naturaleza y la arqueología se mezclan como en ningún otro lugar. El cierre es en Palermo, con la sensación de haber atravesado siglos de historia en apenas una semana.
Servicios incluidos
Este viaje incluye traslados grupales, hoteles 3* sup / 4*, 6 almuerzos con vino y agua, entradas a monumentos como la Capilla Palatina, el Teatro Massimo, el Valle de los Templos, la Villa Romana del Casale y el Templo de Segesta. Todo acompañado por guías locales y un coordinador en español.

Aereos ida y vuelta

7 noches 3 alojamientos

Traslados in – out a palermo


Media pension con bebidas

Excursiones en español

Asistencia la viajero
¿Por qué elegir este circuito?
Porque en 8 días no solo conocés Sicilia, sino que la entendés: sus capas de historia griega, romana, normanda y barroca, sus volcanes, sus costas y esa hospitalidad mediterránea que siempre ofrece un plato más en la mesa.
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